En el marco del Proyecto Andes Sur II Mantienen medidas de bioseguridad para el turismo rural
Mérida, 22 de abril. Desde la Fundación Programa Andes Tropicales (PAT) cofinanciado por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) Venezuela, a partir de la pandemia del Covid-19 adoptan, mantienen y promueven protocolos y normas de bioseguridad durante el desarrollo del proyecto Andes Sur II, para continuar su desempeño en mitigar el Cambio Climático con el Turismo Rural de Base Comunitaria y la agricultura climáticamente inteligente en los Pueblos del Sur bajo riesgos controlados, protegiéndose y protegiendo mientras fortalecen su gestión, llamado que extienden a la buena voluntad de todos.
Ajustaron desde 2019 todas las operaciones posibles a distancia para reducir la cantidad de personal presente de modo presencial y buscar la viabilidad de implementar normas de bioseguridad para continuar con sus actividades en la época postpandemia señala Mercedes Meza, administradora del PAT, encaminado a la implementación de mecanismos preventivos en las operaciones turísticas hacia esta zona de Mérida que resguarden la vida de su equipo, los facilitadores, las comunidades abordadas y dentro de una estrategia dirigida también a los visitantes programados en pequeños grupos.
Proveen de gel antibacterial o alcohol en las manos a quienes ingresan al PAT con su tapabocas puesto permanentemente como norma ineludible si están solo en sus áreas de trabajo, se facilita el baño para lavado de manos y puedan entrar al cubículo donde los esperan, proceso que ya es rutinario para todo el personal y hábito que solicitan acaten quienes van ocasionalmente, explica que cuando mantienen una conversación prolongada en un taller o instrucción se cambian el tapabocas porque se expulsan partículas de saliva donde las bacterias bucales pueden desarrollarse rápidamente y su combinación con la humedad puede generar infecciones menores. Al comienzo también se limpió la planta de los zapatos a cada persona al ingresar a reuniones de pequeños grupos.
Estas son parte de las medidas asumidas en el proyecto Andes Sur II para ofrecer al mercado turístico una nueva, segura y atractiva oferta post-pandemia, dirigida a pequeños grupos de turistas especializados, amantes de la cultura, la naturaleza y las modalidades de aventura de bajo impacto dentro de un escenario singular explica el gerente de proyecto del PAT, Jaime Bautista, sobre la creación de condiciones necesarias en estas comunidades agrarias para una de las primeras experiencias nacionales en turismo bioseguro bajo estrictas normas que en los sitios abordados minimice los riesgos ante la presencia de los facilitadores y visitantes.
Recalca que la bioseguridad debe prevalecer en todas las acciones en ejecución bajo la actual situación pandemia que promueva una responsable gestión de la economía sostenible, como el Curso de Familiarización con los Pueblos del Sur para guías turísticos iniciado en octubre de 2020 donde un cuarto de sus actividades fueron encuentros presenciales en prácticas de campo y la reunión de cierre en marzo de 2021, también en la distribución de semillas para cultivos climáticamente inteligentes de variedades nativas de papa, apio, la batata yakón y el pepino kaiwa durante los pasados meses.
También recordó que las acciones de capacitación y sensibilización fueron suscritas a medios digitales y radiofónicos, para ello desarrollan una serie de mensajes a emitirse a través de emisoras con frecuencia en los Pueblos del Sur sobre turismo rural, agroecología climáticamente inteligente, el cambio climático y la bioseguridad que inste acatar a sus moradores rurales estas normas sanitarias cuando circulan en áreas públicas sin tapabocas y el lavado continúo de manos que a simple vista muy pocos hacen, estaciones que advierte se encuentran en dificultades para su funcionamiento. Complementan con las redes sociales en Facebook/ProyectoAndesSur e Instagram/@proyectoandessur.
Además de las más difundidas agrega como norma “de adopción muy personal, es minimizar el estrés, alimentarse sanamente, dormir las horas recomendadas y evitar excesos de azúcar en la ingestión diaria. Todo ello contribuye a mantener un sistema inmunológico fuerte y éste, en definitiva, es nuestra más importante barrera contra la pandemia”, necesaria para afrontar las dificultades en el suministro de gasolina para hacer cualquier traslado y los deficientes servicios de salud existente en los Pueblos del Sur.
Bioseguridad en los Pueblos del Sur
Las salidas de trabajo de campo a las zonas rurales deben responder a las normas de bioseguridad personal y colectiva, cada vez hacen un previo proceso de desinfección de los vehículos, en ellos el tapabocas debe usarse siempre y se habla lo estrictamente necesario, en cada reingreso se desinfectan las manos y está prohibido llevar pasajeros o “dar colas”. Para entrar en contacto con sus habitantes el equipo del PAT y acompañantes mantienen de igual modo puestos los tapabocas y evitan el acercamiento físico.
Recuerda Bautista que a todos los beneficiarios del proyecto y a sus familiares les obsequiaron tapabocas y los llama hacer mayor uso de los tapabocas en las comunidades surandinas, porque “muchos no lo hacen, apoyados en que conocen a sus vecinos y confían en sus conocidos. Otros, alegan que allí no hay ningún enfermo por esta causa. Cosa que aplaudimos y damos gracias a Dios, pero que exige ser prudentes ante la posible llegada de una persona enferma”.