En el marco del proyecto ANDES SUR fase II Relacionan costo de alimentos con el Cambio Climático
Mérida, 15 de marzo. La Fundación Programa Andes Tropicales (PAT) en el marco del Proyecto Andes Sur II, cofinanciado por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) Venezuela, presentó el tema de la agricultura climáticamente inteligente a quienes participan en el “Curso de Familiarización de Guías para los Pueblos del Sur” durante las sesiones virtuales del pasado 23 y 24 de febrero.
Tema incluido en el Módulo V de un curso iniciado en octubre de 2020 y lo impartió el agrotécnico Rubén Darío D’Jesús, quien destacó la demanda de alimentos por una población en crecimiento frente a una actividad agrícola que no es sostenible porque tienden al agotamiento de los suelos, a ello suma los efectos del cambio climático que compromete cada vez más la producción de alimentos a nivel mundial y en consecuencia trae reducción a la calidad nutricional y aumento en los costos de alimentos concentrados para animales que repercute en el precio de la comida derivada de estos.
Señala que se debe al alto consumo de recursos por la agricultura convencional basada en cultivos extensivos y uso intensivo de insumos sintéticos originando “un deterioro en general de los servicios ecosistémicos, que incluso apoya y acelera el cambio climático por el uso indiscriminado de fuentes nitrogenadas”, una de las varias sustancias gaseosas que genera está actividad y tienen alta incidencia en el efecto invernadero, en la temperatura global, en la contaminación de suelos, de aguas dulce y de los océanos, motivado por la búsqueda de rentabilidad.
Añade que la utilización de semillas con ciclos reproductivos más rápidos asegura cosechas más seguidas por año para obtener ingresos y alimentos a este ritmo, pero con una dependencia importante de agroquímicos que suple provisionalmente el agotamiento del suelo, porque la genética de estas semillas es usualmente importada y así ajena a los suelos y realidad ecológica. Entonces a medio y largo plazo se pierden terrenos para los cultivos, agua para el riego y semillas adaptadas a las condiciones ambientales locales que soporte además costos de una nueva importación y los trastornos del Cambio Climático.
En ese contexto D’Jesus introdujo ante un grupo de guías turísticos el concepto de Agricultura Sostenible en su relación con el Turismo de base Comunitaria o centrado en el medio rural, y todos los participantes de la sesión comprendan su importancia frente a la crisis alimentaria del país que el Cambio Climático dificulta, principalmente en relación a alternativas como la agricultura en los Pueblos del Sur donde el PAT desarrolla desde septiembre del 2020 varias parcelas agroecológicas con algunas familias campesinas.
Afirma que las actividades de un productor de rubros nativos puede ser atractiva para el turismo si maneja estos criterios, aprecio que inicia con el guía quién debe conocer sobre este tipo de cultivos como parte de la cultura de los pueblos con sus propios saberes asociados para generar o promover iniciativas de valoración cultural, social y económica.
Esta agricultura diversifica la producción de semillas para cosechas de mediano y largo ciclo pero con la genética adaptada y la recuperación de nutrientes en los suelos por sus plantas adaptas al entorno, ya que su crecimiento por medio de las fotosíntesis donde absorben el dióxido de carbono es de diferentes formas, las más comunes son las que asimilan igual cantidad al expulsado clasificadas como C3, pero están las CAM y C4 que logran mayor metabolización en biomasa y reducen sus emanaciones, con el aumento de este derivado en los suelos se equilibra el CO2 en la atmósfera.
Acciones agroecológicas en los Pueblos del Sur
Realiza el PAT una fase más en la reintroducción de papa rosa y batata Yukon el pasado 8 y 9 de marzo en parcelas preparadas para ello en las aldeas Agua Linda cerca de Aricagua, y Altamira de Mucumpiz por El Morro. Continuación de la entrega de rubros ancestrales hecha a principios de febrero en La Veguilla con la familia de Jesús Armando Fernández y su esposa Delcia Rojas, en Mocomboco Alto con Alejandra Peña de Sosa, su nieta Jenny Sosa Peña y yerno Luimer Toro, y en Mucucharaní con Daniel Altuve y su esposa Elitzama de Altuve.
Recibieron además asesoramiento en agroecología por parte de D’Jesus para compartir e incluso intercambiar conocimientos tradicionales para promover la adopción de los rubros nativos y andinizados con ayuda de tecnología agrosostenible, que aporten una competitiva productividad, mayor resistencia genética y mayor adaptación frente al impacto del Cambio Climático.
Familias que apoyan rescatar las semillas y rubros ancestrales que devuelven la diversidad agroalimentaria a las comunidades rurales, y experiencia que el equipo PAT considera muy grata entre otras razones porque mientras planificaban cuáles rubros a reintroducir, en Mucutuy encuentran una cantidad mayor de especies nativas, reservorio genético de gran valor potencial para afrontar cualquier crisis agroalimentaria y una ventaja para los pequeños productores ante la dependencia de semillas y agroquímicos.