El pueblo de Aricagua, regado por el río del mismo nombre, que nace en el páramo de Don Pedro y muere en las aguas del río Caparo, es llamado por su gente como “la perla escondida de los Andes”, por sus casas blancas de largos muros de tapia y sus techos de teja. La belleza de este valle ha sido castigada por la furia de los sismos que muchas veces se han ensañado con las edificaciones; algunas ruinas nos hablan de un fuerte temblor de tierra acaecido en los años cincuenta. Pero siempre el temple de los lugareños se ha levantado sobre la adversidad. Y es tan singular esta gente, que aparte de celebrar en septiembre la fiesta patronal en honor al Santo Cristo, donado por el Provincial de los Padres Agustinos en 1753 y traído desde Bogotá en un largo periplo de cuatro años que culminó en 1757, celebra, con las Fiestas del Carro, la llegada del primer vehículo a Aricagua el 17 de febrero de 1960. Fue un Jepp conducido por Demetrio Salcedo, de apenas catorce años de edad, pero entonces ya todo un hombre. (Cartay 2006)
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Nuestra Señora de la Paz de Aricagua
El pueblo de Aricagua está situado al sur de Acequias, en una cañada. En la vega del río Aricagua, a la distancia de diez leguas del pueblo de Acequias. Su pequeña población contiene algunas casas de paja y se demarca con ocho leguas al norte a la cañada de Mucuranía, lindero del pueblo de Acequias; con cuatro leguas al sur, a la boca de Mucururuy, tierras realengas; con ocho leguas a oriente, al río Caparo, división de Pedraza; con una legua a occidente al páramo de la Culata, división de Mucururuy, tienen las quebradas llamadas Bailadores, Bocomboco, la Vagabunda y la de Pueblo Viejo: estas desaguan al río Aricagua y éste en el río Caparo, Su clima es cálido. Sus frutos son cañas y menestras, y aquellas lomas son inútiles para criar ganado. Sus habitantes son indios de media paz, y algunos vecinos. (Solano, 1991)
Así era descrita Aricagua y con una historia distinta a la de Pueblo Nuevo, Nuestra Señora de la Paz de Aricagua, donde la inestabilidad del poblamiento hispano llevó a la implantación de un sistema misional a finales del siglo XVII. La resistencia de los indios llamados Giros en aquel sector hizo difícil juntarlos en pueblos. Tocó a Nuestra Señora de la Paz de Aricagua, cabecera de la misión Agustina en la vertiente andino-llanera, ser sede de la actividad misional de esa orden en Mérida, en la que estuvieron incluidos los pueblos de Mucutuy y Mucuchachí.
La Mudanza
En 1743, los indígenas de Aricagua abandonaron Pueblo Viejo por falta de tierras y se asentaron en el lugar que ocupan desde tal tiempo, donde el 5 de diciembre de 1778 les midieron y amojonaron sus resguardos. Para entonces Aricagua tenía 237 habitantes y las tierras que habían ocupado en sus labranzas, conucos y siembras de cacao, estaban mayormente en la ciudad barinesa de Pedraza, a cinco, siete u ocho días de camino con carga, tierras que eran conocidas como Sepa, Michay y Batatuy.
Con el fin de dar cumplimiento a la ordenanza del Oidor Don Alonso Vázquez de Cisneros, los indios de la comunidad de Aricagua fueron agrupados y establecidos en el sitio conocido como Chaquentá. Distintas causas contribuyeron a que el pueblo se desmembrara y desapareciera, hasta que fue refundado por José Goire. Las calamidades se abatieron sobre la población, de suerte tal que en 1840 fue destruido en parte por un incendio y, diez años más tarde, por otro incendio que acabó con la parte restante.
Artesanía
En épocas pasadas fue notable en Aricagua la producción de cera y miel, así como los lienzos confeccionados por sus artesanos, cuya comercialización se realizaba hacia los llanos. La artesanía de hoy se reduce a la elaboración de tejidos y cestería con bordados, sombreros de caña, esteras y canastos.
Sitios para visitar:
- Laguna Mucuchapí
- Aldeas: Bocomboquito, Platanical, Bocomboco, Los Azules
- La Lomita del Pueblo
- El Picacho
¿Dónde dormir?
¿Cómo llegar?
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